Sopor. Quietud malsana. Olas lánguidas
desvaneciéndose con desgano contra la proa. Aguas yermas. Un viejo barco se
interna en la inmensidad del océano bajo la indiferencia del sol metálico de
mediodía. Los únicos tres tripulantes de la embarcación, recostados en
sus literas con la resignada nostalgia de quienes después de mucho tiempo
deciden entregarse a su suerte, sin luchar.