lunes, 17 de junio de 2019

Alienados



Hay en Bogotá un número cada vez mayor de seres anónimos, desamparados, famélicos, que no conocen a nadie, que deambulan por las calles, ansiosos, con la mirada perdida, la piel tostada por el sol, que permanecen en los semáforos esperando una monedita con el chantaje moral de la caridad. En sus gestos repetitivos y perturbados, reconocemos a los eternos desposeídos, caras ignoradas que de tanto repetirse ya no nos dicen nada, individuos que fueron marginados del engranaje económico y social.